- Blog /
- 22 de febrero de 2022
Efecto de COVID-19 en la concientización y el tratamiento del cáncer de mama
Si los últimos dos años nos han enseñado algo, es que la conciencia y la educación son cruciales para permanecer sanos y seguros. A medida que el mundo se acerca al segundo aniversario del inicio oficial de la pandemia de COVID-19-19, recordamos la forma en que este problema ha estado afectando varias facetas del cáncer de mama y la salud de las mamas.
Interrupciones en la detección y prevención
Antes de 2020, la mayoría de las personas visitaban a su médico anualmente para un examen de bienestar general y análisis de sangre. Programaron citas cuando estaban heridos o cuando sentían algo extraño dentro de sus cuerpos. Aquellos con mayores riesgos de ciertas condiciones se sometieron a exámenes de detección regulares y procedimientos preventivos, según lo recomendado por sus médicos.
Sin embargo, cuando la pandemia cerró el mundo hace dos años, esta rutina de salud pública cambió drásticamente . En los primeros meses del cierre, la mayoría de los consultorios médicos cerraron o redujeron drásticamente sus operaciones. La gente temía salir de sus casas, y mucho menos ingresar a un centro médico por temor a contraer el virus. Esto, por supuesto, condujo a citas médicas salteadas, exámenes necesarios y procedimientos aparentemente no esenciales.
La comunidad médica ha luchado arduamente contra el virus, y los hospitales y consultorios médicos han hecho todo lo posible para volver a funcionar con normalidad. Sin embargo, la interrupción en la atención preventiva y de rutina causada por la pandemia aún es palpable. Para las personas que corren el riesgo de desarrollar cualquier tipo de enfermedad potencialmente mortal, como el cáncer, este cambio puede ser perjudicial.
Retrasos y Cambios en el Tratamiento
El efecto de COVID-19 fue aún más impactante para aquellos que ya habían sido diagnosticados con cáncer. Según un informe especial de Breastcancer.org , las cirugías se retrasaron en los primeros meses de la pandemia. Si bien continuaron los tratamientos sistemáticos como la radiación y la quimioterapia, los planes de tratamiento generales de la mayoría de los pacientes se modificaron para adaptarse a las nuevas recomendaciones de seguridad.
Desafortunadamente, los tratamientos más efectivos para el cáncer de mama, como la radiación y la quimioterapia, debilitan el sistema inmunológico y pueden contribuir a los problemas pulmonares causados por el COVID-19. Cuanto más débil es el sistema inmunológico, mayor es el riesgo de contraer y desarrollar un caso más grave del virus. Por esta razón, se recomienda especialmente a las personas inmunodeprimidas que se vacunen, usen máscaras y practiquen el distanciamiento social tanto como sea posible.
Posibilidades de recurrencia
Los pacientes que han vencido al cáncer de mama en el pasado siguen siendo muy susceptibles a la recurrencia. Según estudios recientes , contraer COVID-19 aumenta el riesgo de que el cáncer de mama regrese porque el virus “induce la producción de factores previamente implicados en el despertar de las células latentes del cáncer de mama, como las trampas extracelulares de neutrófilos (NET)”. Los investigadores todavía están trabajando para definir el vínculo entre COVID-19 y las recaídas del tumor, pero está claro que una mayor vigilancia y detección es absolutamente obligatoria para los sobrevivientes de cáncer que contraen el virus.
Vacunas y Cáncer de Mama
La vacilación para vacunarse es completamente comprensible. El mundo médico puede ser un lugar confuso, especialmente durante una pandemia mundial. Las personas con riesgo de cáncer, y especialmente los pacientes que ya reciben tratamiento para la enfermedad, pueden sentirse incómodos con la vacuna.
Si bien contraer el virus podría tener consecuencias nefastas para las personas inmunocomprometidas, la vacuna COVID-19 no representa ningún peligro para los pacientes con cáncer de mama o las personas que están en riesgo. El único efecto posible de la vacuna que es relevante para la salud de los senos es un agrandamiento temporal de los ganglios linfáticos que podría resultar en un falso positivo en una mamografía. Para evitar este problema, comuníquese con su médico sobre el momento de su inyección y evite programar procedimientos de detección muy cerca de la vacunación. (Para obtener información sobre alternativas de prevención y mamografía, visite koninghealth.com).